Lorena Vivas
Estalló una nueva crisis en el globo, catalogada como la cuarta peor de la historia (BBC, 2020). Esta vez no es una crisis financiera o del petróleo u ocasionada por una guerra mundial, es el resultado de una pandemia. Desde un enfoque económico es simplemente una contracción, que en el curso de unos años será seguida por una recuperación del PIB. La limitada visión (e intereses económicos) de políticos y economistas neoliberales, les impide reconocer que esas contracciones temporales de la economía son baches que intensifican la profunda crisis multidimensional histórica y acumulada de nuestra sociedad, vinculada al desarrollo del sistema capitalista, en la que no existen ciclos de recesión y auge, sino una acelerada depresión hacia una vida insostenible.
Dos de las más importantes dimensiones de esa crisis histórica-acumulada de alcance global son la ecológica y la reproducción social (Pérez, 2010), que tienen una característica en común: no son valoradas por el mercado, y si algo no se transa en el mercado se encuentra al margen, no se contabiliza y no se contempla en el ciclo de reproducción del capital, a pesar de que los recursos naturales y las actividades de cuidado que garantizan la reproducción de la mano de obra sean insumos fundamentales para su valorización.
La sobreexplotación de la naturaleza y la vida humana con la incesante búsqueda de ganancias empresariales ha conducido al cambio climático, al agotamiento de los recursos naturales, al colapso de la biodiversidad, y a la imposibilidad de garantizar la reproducción material y emocional de una vasta proporción de la población, marginada del mercado y sujeta a condiciones de vida precarias. A esto se ha denominado conflicto estructural capital-vida, que se configura en el sistema capitalista patriarcal, y que atenta permanentemente contra la sostenibilidad de la vida.
Indudablemente, la pandemia ha intensificado la crisis multidimensional que enfrentamos: por un lado, los problemas ecológicos han sido relegados por otros “más urgentes”, y por otro, la crisis de cuidados se ha profundizado debido a la imposibilidad de acceder a este tipo de servicios, a educación y salud, lo que aumentó la carga de trabajo de cuidado no remunerado desempeñado por las mujeres (García, Gélvez y Herrera, 2020; CEPAL, 2020). Ese no es el caso de los hombres, lo que ha intensificado las desigualdades género y al mismo tiempo las desigualdades sociales en general, debido a la pérdida de empleos y la profundización de la pobreza (Banco Mundial, 2020).
La clave en tiempos de crisis siempre ha sido recuperar el crecimiento económico, la producción, el empleo y el consumo (Pérez, 2010), y en esa línea, las recetas para salir de la crisis de la covid-19 se orientan a la implementación de medidas fiscales y monetarias expansivas, financiadas con crédito externo para reactivar la economía. Más de lo mismo. Dentro de los planes de recuperación económica no se conciben cambios políticos hacia una sociedad más sostenible que ubique en el centro la vida.
En su lugar, lo que se espera es lo que tradicionalmente ha ocurrido; la intervención del Estado para salvar empresas, bancos y dar un impulso mayor a la explotación de los recursos naturales, reducir salarios y limitar los recursos destinados a programas sociales que alivien las cargas de cuidado no remunerado. El paradigma capitalista neoliberal no va a cambiar pospandemia, al contrario, se ha demostrado que las crisis han servido de justificación y vehículo para implementar ajustes más profundos al sistema económico en pro del capital y en detrimento de la vida (Harvey, 2007). En el sistema socioeconómico vigente, cuyos principios son la competencia y la acumulación de capital, el desbalance capital-vida siempre se va a inclinar hacia el capital.
Como lo señala Karina Batthyány, “esta crisis pone de manifiesto que es el momento de comenzar a pensar en nuevas formas de organización social en general, donde el cuidado ocupe un rol central… superando el mercado como eje organizador de la vida en común” (Battyányi, 2020, párr. 8). La solución no se limita a la distribución más equitativa del cuidado entre mujeres y hombres a escala individual, sino que es necesaria la recuperación de la dimensión política de la vida cotidiana, y que el Estado y la sociedad en su conjunto reconozcan la importancia de los cuidados no remunerados y su responsabilidad en la provisión de estos. También es urgente que esa propuesta de otra forma de organización social basada en la sostenibilidad de la vida, se nutra con otras miradas críticas que han surgido desde fuera de los mercados, como la teoría del decrecimiento planteada por el ecologismo social, cuyo objetivo es romper con la idea del desarrollo basado en el crecimiento económico, y que la producción sea funcional al equilibrio en la relación entre los seres humanos y la naturaleza.
En definitiva, otra forma de organización social es posible, pero para ello se requiere un cambio de conciencia y una activa participación política de todos. Ojalá la extrema situación de incertidumbre y vulnerabilidad a la que nos ha conducido la covid-19 marque un punto de inflexión para cuestionar nuestra vida actual y trabajar por la construcción de una sociedad distinta, centrada en la vida humana.
Referencias bibliográficas
Banco Mundial (7 de octubre de 2020). Debido a la pandemia de COVID-19, el número de personas que viven en la pobreza extrema habrá aumentado en 150 millones para 2021. https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2020/10/07/covid-19-to-add-as-many-as-150-million-extreme-poor-by-2021.
Batthyány, Karina (20 de marzo de 2020). La pandemia evidencia y potencia la crisis de cuidados [blog]. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). https://www.clacso.org/la-pandemia-evidencia-y-potencia-la-crisis-de-los-cuidados/.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL] (abril de 2020). Informes COVID-19. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45335/5/S2000261_es.pdf.
García, Paola, Gélvez, Tatiana y Herrera, Paula (10 de agosto de 2020). Economía del cuidado: antes y después de la pandemia. Razón Pública. https://razonpublica.com/economia-del-cuidado-despues-la-pandemia/.
Harvey, David (2007). Breve historia del neoliberalismo. Akal.
Las 14 recesiones de los últimos 150 años (y por qué la del coronavirus sería la cuarta peor). BBC Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-53303499.
Pérez, Amaia (2010). Crisis multidimensional y sostenibilidad de la vida. Investigaciones Feministas, 1, 29-53.